Tres letras resumen la apuesta del Gobierno en infraestructuras en el año electoral que se avecina: AVE.

La inversión estatal en obras públicas volverá a crecer en 2015, año electoral. La subida se producirá desde un suelo muy bajo, el de 2014, y no sirve para alcanzar siquiera los niveles de 2013, pero es un cambio de tendencia plausible, tras seis años de desplome del gasto en infraestructuras.

La Administración central destinará 4.953,5 millones de euros a inversiones reales, un 4,8% más que en 2014. Y lo que es más importante, el gasto total en infraestructuras –que incluye a los entes públicos y las sociedades mercantiles estatales– se elevará un 8,8%, de los 8.706,1 millones de este año a 9.469,3 millones. En ambos casos se trata de la primera subida desde 2008, el año del estallido de la crisis internacional, según los Presupuestos del Estado de 2015.

Aún no se puede hablar de recuperación de la normalidad en el sector de la construcción civil. Los 9.469 millones que se destinarán a infraestructuras son cifras, de hecho, que retrotraen a 2004, en el anterior final de legislatura del Gobierno del PP.

Lo que sí se recupera por encima de la media es el ferrocarril, fundamentalmente el AVE, que copa nada menos que el 69% de las inversiones del Grupo Fomento. De los 763 millones en que se incrementa el gasto en obras públicas, 466 millones (el 61%) corresponden al aumento de la partida ferroviaria, que se eleva de 3.661 millones a 4.128 millones. El AVE es la estrella que eclipsa un poco el resto de inversiones.

«Esta elevada proporción [del AVE con respecto a otros nichos de inversión] se justifica no sólo por los ahorros de tiempo y aumento de la capacidad de este tipo de transporte, sino además, por el tráfico generado y el consiguiente aumento de la actividad económica», reza el tomo de los PGE dedicado al gasto del Ministerio de Fomento. El gasto presupuestado para alta velocidad en los PGE de 2015 es de 3.561 millones, un 11,5% más que en 2014 (3.194 millones). No en vano, la mitad del incremento de la inversión en infraestructuras corresponde al AVE (en concreto, el 48,8%).

El incremento de la inversión ferroviaria se hará a costa de un mayor endeudamiento de Adif, que elevará el volumen de su pasivo a los 16.000 millones después de que Hacienda le autorizase operaciones de crédito por 2.690 millones. El promotor del AVE espera financiar las nuevas licitaciones con nuevas emisiones de bonos. Los principales proyectos en este ámbito son los destinados al desarrollo de los corredores mediterráneo (1.359 millones), norte (1.119) y noroeste (1.039) –ver información adjunta con los principales proyectos, abajo–.

La inversión en carreteras crece un 3,1%, de 2.029 millones a 2.092. Se continuarán obras emblemáticas como el puente sobre la bahía de Cádiz, que se quiere terminar ya, el puente sobre el río Ter, en Gerona, y la autopista concesional entre Benavente y Zamora. Eso sí, la construcción de nuevas vías sólo se incrementará en 6 millones, de 1.1148 a 1.154, pero habrá nuevas carreteras en método alemán (ver información adjunta, a la derecha).

Entretanto, el gasto en infraestructuras hidráulicas subirá un 7,93%. El Ministerio de Medio Ambiente se centrará en las obras de depuración.

El ámbito de las infraestructuras que sufrirá un mayor castigo será el de los aeropuertos y la seguridad aérea, ya que la partida a este respecto se desploma un 36,3%, desde los 847,4 millones de euros de 2014 hasta los 539,5 millones que prevén los Presupuestos de 2015, en plenas turbulencias por la anulación de la salida a bolsa del 49% de Aena. Las principales obras se centrarán en La Coruña y Madrid.

Por último, el presupuesto de los puertos del Estado subirá un 11,25%, de 779 a 866,7 millones, aunque lo más destacable es que las inversiones que tienen previsto realizar las concesionarias portuarias privadas ascenderán a 680 millones, un 43% más.